En el mundo empresarial, la planificación es un proceso pesado, planes a largo plazo, muy estáticos, que no suelen aprovechar la inteligencia colectiva y los datos: la dinámica estratégica es insuficiente para responder a la velocidad y a las exigencias del mundo digital.

La tecnología seguirá condicionando el futuro mucho más de lo que ya domina el presente y lo ha hecho en el pasado. Para predecir el futuro hay que trazar sus fronteras, su extensión, observando los fenómenos que pueden alterar el rumbo de nuestra estrategia. La creatividad, la colaboración, los datos y los hábitos del pensamiento estratégico son los sherpas del camino.

Para responder a este cambio de paradigma, necesitamos elevar el nivel de visión estratégica de nuestros equipos y facilitarles herramientas para que puedan adaptarse a esta nueva dinámica estratégica:

1) Ciclos de planificación más ligeros, cortos y dinámicos;

2) Mayores exigencias en ámbitos de ejecución;

3) Uso intensivo de la inteligencia de los datos y las analíticas.

Estamos trabajando para responder a esta Realidad.